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jueves, 23 de diciembre de 2010

Consejos para LA GRIPE

Estamos acostumbrados a pensar en la gripe como un ligero trancazo que nos obliga a tres días de cama, y no es así.
Debe tenerse en cuenta que es una enfermedad muy contagiosa que, en personas determinadas, puede plantear complicaciones graves. El virus puede mutar cada ocho o diez años. Cuando surge una mutación, la población no está inmunizada, el número de casos puede multiplicarse y crear un auténtico problema de salud pública.

 

El contagio, mientras se está incubando

El contagio se produce por las partículas minúsculas de la saliva, el tosido y la respiración. El momento de mayor contagio es cuando se está incubando el virus y sólo se tiene como síntoma una sensación de cansancio y catarro. Es ahí –entre uno y tres días– cuando más se propaga.

Para diferenciarlo del catarro éstas son algunas claves: la gripe tiene un inicio rápido, da fiebre bastante alta, produce dolores de cabeza y musculares pero no de garganta y provoca un enorme malestar general. El resfriado, sin embargo, aparece poco a poco, sólo produce, y no siempre, décimas, se caracteriza por toses y estornudos y suele provocar dolor de garganta.

Los síntomas

Los principales síntomas de la gripe son respiratorios –al inflamarse la mucosa, podría parecer un catarro muy fuerte–, neurológicos –surge dolor de cabeza, cuyas molestias pueden notarse incluso en los ojos–, dolores musculares, cansancio, fiebre, cierta taquicardia y una pérdida notable del apetito.

Las complicaciones

Las más comunes son de tipo respiratorio, que pueden ser serias en mayores de 65 años. Pueden aparecer neumonías y agravamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la bronquitis y el asma. En los niños pueden aparecer otitis y bronquiolitis. En un organismo debilitado se pueden producir otros procesos infecciosos de tipo respiratorio, como neumonías o bronquitis, y afecciones cardiacas. Si durante el proceso aparece tos purulenta o dolor torácico fuerte, convulsiones, pérdida de sensibilidad o disminución de conciencia, debe acudirse rápidamente al médico.


Qué hacer

  • Los síntomas suelen tratarse con medicamentos que mejoran el estado general. Es aconsejable consumo de zumos y líquidos en general y reposo.
  • La fiebre suele durar entre tres y cinco días y los dolores, especialmente lumbares y de cabeza, desaparecen pronto.
  • Las medidas preventivas que debemos adoptar, según el Ministerio de Sanidad, son: evitar el contacto directo con las personas enfermas o que tengan fiebre y tos; no tocarse la boca, nariz y ojos; ventilar bien los lugares habitados; evitar los besos y dar la mano al saludarse; taparse bien la boca al toser o al estornudar, preferentemente con pañuelos desechables y no con las manos; lavarse frecuentemente las manos, sobre todo después de haber tosido o estornudado; procurar no reutilizar los pañuelos empleados al estornudar o limpiarse bien las secreciones nasales.

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