Estar en forma es fundamental. Disfrutar eligiendo uno, dos o tres deportes, es el paso adecuado a seguir. Una vez evalúes tu estado físico, el tiempo del que dispones y el dinero que quieras invertir, ya puedes empezar con optimismo las actividades deportivas preferidas y mejorar la técnica.
Practicar varios deportes permite diversificar el trabajo de los grupos musculares. Cuando se trabaja con las pesas los músculos se endurecen y se realiza una fuerza explosiva. La natación relaja y aporta resistencia cuando los músculos se estiran. Es un ejercicio completamente opuesto al de la halterofilia.
Una cuestión de equilibrio
Se trata de encontrar la combinación adecuada para equilibrar las actividades deportivas elegidas. Un adulto que goza de buena salud y que practica una actividad física verá cómo su ritmo cardiaco aumenta hasta 120 pulsaciones/minuto durante 10-15 minutos mientras que la frecuencia cardiaca en reposo, según la persona, se situaría entre 60-80 pulsaciones/minuto. Los médicos deportivos alertan sobre las dificultades que tiene una persona que insiste en mejorar su resistencia (el ritmo cardiaco es más bajo en reposo y se recupera antes) pero pierden intensidad.
Un deporte para cada uno.
Además de ser divertido, cada persona elige un deporte no sólo por ponerlo en práctica, sino por el contexto psicológico que rodea a cada una de ellas. Por este motivo, algunas personas preferirán practicar un deporte en grupo, otras en pareja para medirse a un compañero y otras preferirán trabajar en solitario. Competir estimula, pero los retos que nos ponemos a nosotros mismo para superarlos y perseverar a pesar de los obstáculos que nos encontramos anima a cualquier deportista. Si evitamos caer en la trampa de especializarnos en demasiados deportes a la vez, practicarlos es conquistar la libertad.
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