¿Por qué mi frigorífico, que sólo tiene tres años, se ha estropeado dos veces? ¿Por qué me he tenido que comprar cuatro reproductores de Mp3 en los últimos siete años? ¿Por qué mi flamante ordenador, que me costó un dineral hace un par de años, va tan lento?
Todos nos hemos hecho estas preguntas alguna vez. Incluso, hemos comparado los últimos productos con vetustas radios que utilizaban nuestros padres de jóvenes y que siguen funcionando perfectamente, mientras que los cacharritos que hemos comprado recientemente funcionan como mucho cinco años.
Nuestros productos, obsoletos
En él, se profundiza en el concepto "obsolescencia programada", una estrategia utilizada por las grandes empresas de tecnología para incentivar el consumo. Por ejemplo, una bombilla podría estar diseñada para durar cien años, pero las empresas prefieren hacerlas con una vida estimada de mil horas, para vender más. El ejemplo de las bombillas es paradigmático, ya que los fabricantes de este producto fueron los principales inventores de esta práctica, cuanto menos cuestionable.
Ocurrió durante la década de los años veinte del siglo pasado, cuando acordaron limitar la vida de una única bombilla a mil horas. En el documental, se muestra una, fabricada antes de esa época, y que continúa encendida en la actualidad, sin haberse estropeado.
Otro caso famoso es el de las baterías del iPod. Un grupo de abogados estadounidenses preparan una demanda conjunta contra Apple, la marca que fabrica estos reproductores, por considerar ilegal que la capacidad de la batería de este gadget decrezca considerablemente si es usado de forma intensiva durante un año, lo que obliga a sus poseedores a reemplazarla.
Por no hablar de las actualizaciones del sistema operativo de nuestro ordenador o de nuestro teléfono móvil, que muchas veces, y con la excusa de la seguridad informática, terminan ralentizando de forma espectacular el rendimiento de nuestros aparatos.
Calidad que no compensa
Pero esta práctica no sólo se aplica a productos de tecnología. En la década de los cincuenta del siglo pasado, se presentó un producto revolucionario: unas medias de nylon en las que no se producían "carreras", esos arañazos que deslucen a esta prenda, y que prácticamente las convertían en inmortales. Tuvieron mucho éxito entre las mujeres de la época, pero desaparecieron misteriosamente del mercado.
"Comprar, tirar, comprar", emitido por Televisión Española muestra los gigantescos vertederos de tecnología que actualmente se encuentran en África. Con la excusa de ayudar a los países del tercer mundo, los gobiernos y las empresas de tecnología envían a este continente grandes cantidades de chatarra y productos inútiles que abonan de forma tóxica los campos.
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