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jueves, 20 de enero de 2011

Consigue un abdomen plano (Salud)

Si tu problema es la hinchazón abdominal ahora es el momento de resolverla.

"No es un problema grave, pero sí muy molesto", según el doctor Fermín Mearin, director de aparato digestivo del centro médico Tecknon. "Altera la calidad de vida y te sientes pesada".

Las causas principales de la hinchazón abdominal son, en la mayoría de los casos, los hábitos de alimentación. Y no sólo de lo que comemos sino de cómo lo tomamos. El desorden alimenticio, comer deprisa y masticar mal suele ser habitual en el día a día, cuando el tiempo es oro y solamente nos permite tomar un sándwich a todo correr. La regla principal para evitarlo es comer despacio y masticar muy bien cada alimento.

Otra de las causas es la mala respiración. Hacerlo por la boca y no por la nariz provoca una ingesta de aire y como consecuencia, el aumento de volumen en la zona abdominal, igual que el fumar. Además, una vida sedentaria es sin duda uno de nuestros peores enemigos. Hacer ejercicio moderado a diario como caminar al menos media hora, mueve el intestino, lo que evita el estreñimiento y la aparición de gases. Pero uno de los factores que la desencadenan y al que menos prestamos atención es la ansiedad. “Hay que evitarla y en casos concretos tratarla” asegura el doctor Mearin.

Somos lo que comemos y con la alimentación podemos mejorar muchos aspectos de la salud. En este caso, se puede controlar también la silueta y evitar ciertos alimentos que favorecen la hinchazón. Aunque pueda parecer una paradoja, la fibra consumida en exceso provoca gases, que son los principales causantes de la distensión del abdomen. No hay que abusar de la fruta, de las legumbres y de las hortalizas.

“La gran ingesta de fibra, en especial de la lechuga, puede ser la causa del problema. Pero en otras ocasiones se debe a la mala absorción de algún azúcar, en especial la lactosa, fructosa o sorbitol”. Sin embargo, no debemos eliminarlos de la dieta, con una alimentación equilibrada, sin abusar de ningún producto, es suficiente para mantener el abdomen a raya.

No es frecuente tener que recurrir a ningún tipo de medicación para acabar con el problema, normalmente es suficiente con cambiar los hábitos. Pero hay casos concretos en los que sí hay que echar mano de alguno. Los más utilizados, según el doctor Mearin son “los antiespumantes para disminuir el gas, los procinéticos para mejorar los movimientos del tubo digestivo y algunos probióticos que actúan sólo en el intestino con la intención de disminuir las bacterias que producen gases a través de la fermentación de los alimentos”. Pero si no quieres recurrir a ellos, puedes encontrar el remedio en los alimentos naturales, como las infusiones de anís, que facilitan la digestión o simplemente con un postre como el yogur, que contiene bacterias que ayudan a absorber mejor la lactosa. 

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