Un efecto secundario inesperado de las pasadas inundaciones en Pakistán  ha sido que millones de arañas se subieron a los árboles para escapar de  las aguas. Como el agua ha necesitado tanto tiempo para retroceder,  muchos de los árboles se han convertido en grandes capullos de telas de  araña. La gente de la zona nunca ha visto algo similar. También hay  ahora menos mosquitos lo que reduce el riesgo de la malaria.

 
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